Mostrando entradas con la etiqueta shifu. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta shifu. Mostrar todas las entradas

miércoles, 22 de enero de 2020

Filosofía para una buena vida

Resultado de imagen para la vida

Como lo dice el título, basado en la publicación "Una Guía para Buena Vida"  que habla sobre el estoicismo surgen diversas citas:

-¿Qué quieres de la vida?
-¿cuál de todas las cosas a las que puedes dedicar tu vida es la más valiosa?
-Vivir sin un gran objetivo, carecer de una filosofía de vida coherente.

Nos recuerda de que a pesar de que vivas y hagas todas las cosas placenteras y las disfrutes, sin una filosofía o un enfoque como tal, termines viviendo una mala vida y no saber por qué hiciste tales cosas.

Y es que en lo personal todos tenemos planes, objetivos fundamentales, sueños. Sin embargo es normal que un día te sientas a reflexionar y dar vueltas sin saber cual será tu siguiente paso en este viaje de la vida; aquella necesidad de "un objetivo vital" que sirva de motor para el resto de tus planes.

Podrías descartar el vivir para ganar dinero o riquezas materiales, muy necesarias pero que ya será cliché pero si te gusta lo que harás, es seguro que recibirás bienes materiales por ello. Tenemos millonarios que alcanzaron su fortuna y que muchos después dedican su trabajo a ser filántropos porque su satisfacción iba más allá que el dinero. 

¿A dónde quiero llegar con esto? Al punto en donde diferenciemos la felicidad EN la vida y felicidad CON la vida. Finalmente sabemos que la felicidad no es solo una idea, ni lleva un concepto solamente, es una unión de muchas emociones positivas de diferente tipo. Tu felicidad puede comenzar desde cosas tan simples como comer tu postre favorito hasta cosas como terminar un proyecto importante o terminar de ver tu serie favorita.

De esto vamos a dos fuentes nativas de la felicidad, Experiencias Vs. Recuerdos.

Sabemos que por experiencias podemos obtener una fracción de felicidad, como los ejemplos del postre o del proyecto concluido. Aquí es donde participa el "Yo experimentador" y que se basa con lo vivido ahora mismo, el presente y evitando el dolor del mismo momento, esto llamaríamos "Felicidad de Bajo orden" y quiere que seamos felices EN nuestra vida.

Luego tenemos al "Yo recordador" que se basa con coleccionar todas las experiencias de la vida, aquello que nos dejó lecciones y buenos o malos momentos los cuales los pondremos en balanza y concluirá que somos felices CON nuestra vida y es lo que llamamos "Felicidad de Alto Orden"

Es difícil buscar una relación entre ellos, sin embargo es mínima porque son de naturalezas distintas, pero necesarias en nuestro camino a buscar una filosofía de vida.

Con esto llegamos de nuevo a la pregunta, ¿vivimos para ser felices?

Hedonismo es una palabra poco conocida pero que al día a día todos caemos en ella, aquí es donde participaría la felicidad de bajo nivel, la felicidad que te hace sentir bien por un momento breve, aquella que no se fija en el futuro y solo se llega para un placer instantáneo pero que dejará pronto un hueco nuevamente en nuestras necesidades. Llegar a este tipo de felicidad es fácilmente de realizar, puedes comer tu postre favorito, tener una cita con la chica que te gusta, o terminar de ver tu serie favorita, pero la vida real te espera adelante y debes afrontarla. Tu felicidad de bajo orden no entra en lo más importante para responder a la pregunta anterior. No digo que no debas tener estos momentos, claro que son necesarios para armar una felicidad de Alto Orden, necesitamos ese pequeño impulso para comenzar a formar una filosofía de vida. 

Para vivir con felicidad de Alto Orden no son cosas que en instantáneo sucedan, son aquellas emociones que llegarán por el resultado de seguir tus creencias, tu ideología personal y lo que has cosechado en la vida, "hiciste las cosas bien".

Debemos reducir la insatisfacción, aquella diferencia entre la idea que tenemos de cómo vivimos a cómo creemos que debemos vivir, para tener una paz en tu espíritu debes aterrizar bien estas diferencias a una realidad con lo que estás formando tu filosofía de vida. 

¿Cómo vivir?

No hay un manual que nos diga como debemos vivir, un instructivo que al nacer se siga paso a paso para que nos defina qué debemos hacer hasta el final de nuestros días. Tenemos reglas morales, civiles y sociales que se siguen dependiendo a la cultura en la que hayamos crecido y formado nuestras experiencias. Entonces, ¿cómo debemos vivir para llegar a la felicidad? podremos concluir dos "requisitos" generales. 

Vida virtuosa: Para tener una filosofía de vida correcta es que tus valores sean positivos, aquellos que ordenes del más al menos importante pero que apliques todos. Debes deshacerte de los valores negativos, ejemplo la venganza, egoísmo, etc.

Vida útil: Sabemos que tenemos la necesidad de sentirnos útil cuando tenemos la suficiente conciencia de entender el mundo como funciona, donde hasta la más mínima bacteria tiene una función y utilidad en la naturaleza. Así mismo nosotros pasamos por esta parte donde buscaremos la utilidad a nuestra existencia. 

Somos parte de una especie con términos filosóficos ilimitados, podremos describir con mil teorías nuestra psique y entelequia, hemos evolucionado y mantenido esta constante en cada generación desde hace miles de años. Lo mínimo como especie para no quedarnos atrás es mantener esto igual, tenemos esta obligación que la naturaleza nos dio. Es por eso que con estas dos formas de vida, la virtuosa y útil podremos honrar un poco a nuestros ancestros pasados, a los que nos hicieron llegar hasta donde estamos. 

Así, podremos obtener una posible fórmula para formar tu filosofía de vida. 

Fortalezas + Virtuosidad + Utilidad + desarrollo personal --> Filosofía de una buena vida.

Fortaleza: Aquí enlistas las cosas en las que sobresales, las que se te dan bien hacer, como dibujar, cantar, caminar, etc.

Virtuosidad: Aquí enlistas tus valores positivos, aquellos que te dan para invertir bien tu tiempo y la vida.

Servicio: Ya sabes cuales son tus fortalezas, ponlas en práctica a la sociedad, a la evolución humana con base en tus valores o virtuosidad. 

Desarrollo Personal: desarrollar el potencial y fuerza para incrementar tu virtuosidad y fortalezas, 


Es decir, mi filosofía de la vida consiste en poner lo mejor de mí mismo (fortalezas) al servicio de la humanidad, pero siempre de manera congruente con mis creencias. De esta manera, estaré satisfecho con mi vida porque habré vivido de acuerdo a lo que creo más importante (valores) y, al mismo tiempo, sabré que he vivido correctamente porque he hecho el bien (valores virtuosos) y he contribuido al proceso evolutivo (servicio).
Pienso que es una filosofía bastante sólida y aplicable a cualquiera, ya que los valores y las fortalezas varían según la persona.
Entonces ¿cuál es tu filosofía para una buena vida?
Date unos minutos para pensar con todo este rollo que hoy te he traído.

lunes, 15 de mayo de 2017

El Modo de Caminar Solo



Ante la vida, siempre deberemos afrontar decenas de situaciones las cuales nos irán forjando nuestro carácter y además irán mostrándonos el camino que deberemos seguir para lograr la máxima iluminación personal, llámese metas, objetivos, sueños, etc. Sin embargo, todo este tipo de acciones los vamos viviendo con nosotros mismos y nadie más, a no ser que tengas otro ser en tu interior que no seas tu mismo, lo cual dudo mucho.

Por tal, desde mi juventud mi tercer Sensei en el Kendo nos enseñó el Modo de Caminar Solo, que se trata de las 21 máximas de Miyamoto Musashi, las cuales van enfocadas con la filosofía del Bushido y el Libro de los 5 anillos. Estas máximas son escritas días antes de la muerte de Musashi, donde en sus últimas reflexiones se da el tiempo de escribirlas y heredarlas a las futuras generaciones que le sucederán en el camino del Guerrero y no solamente a los guerreros de armas, si no también a aquellos que enfocarán su vida a un estilo de honor, sabiduría y respeto a otros y a sí mismo para lograr el máximo conocimiento.

Se los comparto, pues en mi han estado desde que fui muy joven y que seguramente a más de uno le serán de su atención.

  1. No des la espalda a los diferentes caminos y formas de este mundo.
  2. No pongas prioridad al placer físico.
  3. No intentes confiar en algo.
  4. Considérate superfluo, y al mundo profundo.
  5. Jamás pienses en términos adquisitivos o con fin de lucro.
  6. No lamentes cosas acerca de tu vida personal.
  7. No envidies el bien ni el mal de otros.
  8. No lamentes partir a algún camino.
  9. No te quejes ni te sientas mejor acerca de ti ni de otros.
  10. No tengas corazón al acercarte al camino del amor.
  11. No tengas preferencias.
  12. No guardes esperanzas para tu propio hogar personal.
  13. No tengas predilección para la comida que es deliciosa para ti.
  14. No cargues antigüedades que te han heredado de generación en generación.
  15. No te apresures si te afecta físicamente.
  16. Mientras es diferente con el equipo militar, no te aferres a las cosas materiales.
  17. Mientras camines, no envidies a la muerte.
  18. No tengas la intención de poseer valores de alguien más en tu vejez.
  19. Respeta a Dios, pero no dependas de él.
  20. Aunque pierdas tu vida, no pierdas tu honor.
  21. Nunca te alejes del camino de las Artes Marciales.

martes, 4 de abril de 2017

CUENTO ZEN: El Monje Escoba



Éste era un joven muy simple y pobre, no tenía nada para comer ni tampoco sabía leer o escribir, mucho menos tenía un nombre como tal.

Vivía vagando y pidiendo limosnas, pero un día en sus caminos de vagancia, percibió un aroma que inmediatamente abrió su apetito, dónde emanaba este delicioso aroma. Así, en su forma y tono desesperado de tocar la puerta, un monje budista abrió la puerta con recelo y le observó:

-¿en qué le puedo ayudar, hermano? -dijo el monje

-Señor, no tengo hogar ni moneda alguna, ni mucho menos he probado alimento alguno en dos días, ayúdeme por favor.

El monje se quedó pensando un momento y le dijo: -Está bien,pasa hermano, en un momento te traigo un poco de pan y frutos frescos del huerto. Así, el monje volvió con el pan recién horneado que emanaba tal aroma y frutos. El humilde hombre dijo:

-Gracias, buen hombre. Es usted un santo, me gustaría quedarme a ayudarles y así tener un pedazo de pan diario. Haré lo que sea, lo suplico.

El Monje lo pensó, fue a hablar con el maestro y regresó con el maestro a presentarle el hombre humilde. El maestro lo observó y dijo:

-Veo que eres un hombre humilde pero de buen corazón, te acepto en mi monasterio, pero deberás trabajar todos los días en lo que yo te diga

-Sí, maestro. ¿le puedo llamar así? Prometo hacer lo que usted me diga, a cambio de un pedazo de pan, agua y un rincón con paja

Así, el maestro se fue a una habitación y sacó de ella una escoba. Se la extendió al humilde hombre y él la tomó.

-Te encargo que barras el monasterio y sus patios, todos los días, que siempre quede limpio de polvo pues los vientos lo ensucian seguido.

-Así será, maestro. El hombre entonces comenzó a barrer inmediatamente con la energía de joven que tenía. 

Así pasaron las semanas, los meses y años, el joven simple se afanó en barrer con esmero el monasterio durante todos los días de su vida. Si llovía, nevaba, con calor y viento, en enfermedad o cansado, el joven simple no dejó nunca de barrer con su escoba y esmero el monasterio. Nunca antes estuvo tan limpio el monasterio. 

Un día, el maestro percibió en "el monje de la escoba" como si algo emanara de él. Vio algo en lo que antes no había reparado, acostumbrado como estaba de verlo diario por años,casi formando parte del paisaje del monasterio,  se acercó a él, lo invitó a dejar la escoba un momento y le propuso algunas preguntas de contenido espiritual.

Minutos después, el maestro unió las manos sobre su pecho y se inclinó ante el humilde monje, con una profunda reverencia dijo:

-He descubierto a un iluminado.

El maestro, asombrado le preguntó al monje humilde: 
-¿Cómo lograste este estado? Tu no has recibido la enseñanza de maestros, ni has leído las escrituras antiguas. Tampoco has meditado por largas horas junto a los demás monjes, solamente te has dedicado a barrer el monasterio todos los días, mañana y tarde. El monje escoba entonces contestó:

- Dices bien, querido maestro. Pero mi mejor maestro ha sido la escoba que me diste tu hace muchos años, que me mostró el valor del silencio, de la unidad y del servicio. Mis escrituras han sido el polvo seco del verano, las hojas de otoño, las lluvias de primavera y la nieve del invierno. Y mi meditación ha estado siempre presente en la intención de barrer lo mejor que he sabido y he podido para comer.

Así, con estas palabras, el maestro se retiró en silencio, y el monje humilde continuó barriendo con su escoba. 

martes, 25 de octubre de 2016

CUENTO ZEN: El regalo


Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que ahora se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero, conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para captar los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Conociendo la reputación del samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar así su fama. Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.

Fueron todos hasta la plaza de la ciudad, y el joven comenzó a insultar al viejo maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió a la cara, gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus antepasados.. Durante horas hizo todo lo posible para provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

– ¿Cómo ha podido usted soportar tanta indignidad? ¿ Por qué no usó su espada, aún sabiendo que podía perder la lucha, en vez de mostrarse cobarde ante todos nosotros?

– Si alguien se acerca a tí­ con un regalo, y tú no lo aceptas, ¿a quien pertenece el regalo? preguntó el samurai.
– A quien intentó entregarlo – respondió uno de los discípulos.
– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos – dijo el maestro. 
– Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

lunes, 17 de octubre de 2016

Cuento Zen: El Clan de los Cuervos


En la vida de todo ser llega el día en el cual madura y pasa a ser miembro de la comunidad de los adultos. En esto los cuervos tampoco son ninguna excepción.

Un día ,tres cuervos jóvenes tenían que exponerse a una prueba realizada por los cuervos mayores que querían ver si los cuervos jóvenes estaban lo suficientemente maduros como para volar con los adultos. El jefe del clan le pregunto al primer cuervo:

“¿Que crees tu que es en este mundo, a lo que mas temor le deberían tener los cuervos?”
El cuervo joven reflexiono un instante y respondió: “La cosa mas horrorosa es una flecha, porque esta puede matar a un cuervo de un golpe”. Cuando los ancianos escucharon esto, encontraron que esta era una respuesta muy buena. Alzaron las alas y gritaron contentos. “Tu dices la verdad”, dijo el el jefe de los cuervos. “Te damos la bienvenida a nuestra comunidad”.

Luego el líder le pregunto al segundo joven: “¿Y que crees tu que es a lo que mas temor le deberíamos tener?” “Yo creo que un buen tirador del arco es mas peligroso que una flecha” dijo el joven cuervo. “Porque solo un tirador del arco puede dirigir la flecha hacia su meta y dispararla. Sin el tirador la flecha no es mas que un pedazo de madera, como la rama sobre la cual estoy sentado ahora”. Los cuervos estimaron que esta era la respuesta más inteligente que jamás habían escuchado. Los padres del joven cuervo gritaban de alegría y miraban al hijo plenos de orgullo. “Tu hablas con mucha inteligencia. Estamos muy contentos de poder acogerte en nuestra comunidad”.

Después el líder de los cuervos le preguntó al tercer joven: “¿Y tu? ¿Qué crees tu que es a lo que mas le deberíamos temer?” “Nada de lo que se ha dicho hasta ahora” dijo el joven pájaro. “A lo que mas se le debería temer es a un tirador novato”. ¡Que respuesta más rara! Los cuervos estaban confusos y sentían vergüenza ajena. La mayoría pensaba que este cuervo todavía no era lo suficientemente sabio como para comprender la pregunta. Hasta que el cuervo jefe volvió a preguntar: “¿Que es lo que quieres decir?” “Mi segundo compañero tenia razón; sin un tirador no hay por que temerle a una flecha. Pero la flecha de un buen tirador ira donde tiene que ir. Ósea que si se escucha el ruido de la soga del arco solo hay que volar a la derecha o a la izquierda para escaparle a la flecha. Pero nunca se sabrá a donde va la flecha de un tirador novato. Aunque uno se vuele, la posibilidad de que a uno lo alcance la flecha es igual de grande. Uno simplemente no sabe que es lo mejor, si moverse o si quedarse quieto”. Cuando los otros cuervos escucharon esto, entendieron que este joven cuervo poseía verdadera sabiduría, que podía ver detrás de las cosas. Hablaban de el con respeto y admiración y no mucho mas tarde le pidieron ser el nuevo líder del grupo.