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jueves, 2 de noviembre de 2017

Doña María




Y no, no me refiero al  mole Doña María... 

Es un día donde en la oficina hemos descansado, y la mayoría de negocios locales también lo han hecho. Es el día 1° de Noviembre, día de Todos los Santos para las iglesia católica de rito romano, un día que en mi país de origen, México, se celebra de forma más profunda y que ya declaré un post hace un año de forma detallada, sin embargo, hoy les contaré ahora como se hace conmemora en algún otro país y en éste caso, es en Chile, en donde vivo como ya saben ustedes.

Decidí dejar la motocicleta el día de hoy y andar a pie, estirar los pies y pues contemplar un poco del ambiente urbano de una ciudad capital más. Pero, mi objetivo en principio era solo caminar y ver que encontraba para comer, sin embargo, recordé que la comunidad mexicana realiza un evento de día de muertos en el Cementerio General de Santiago, el panteón más grande de Chile y de la ciudad. 

Y sí, es muy grande y extenso, fundado en 1823 cuando recientemente era un país independiente de la corona española, comenzaron ahí a ser sepultados las personas, debido a que delante hay otro cementerio pero era exclusivo para gente de la religión católica. Así, comienza a llegar muertito tras muertito, algunos personajes importantes llegaron ahí para descansar sus restos mortales por toda la eternidad. 

Como todo cementerio, guarda una mezcla de opulencia y sencillez en otras partes, para los que quieren rodear sus mortales restos de lujos o aquellos que solo alcanzan depositar sus restos casi en la misma tierra, sin caja ni lápida. 

Es así, que declaro que me gusta pasear en los cementerios con estas mezclas, además de ser lugares muy tranquilos pero energéticamente hay de todo. 

Volviendo al relato, comencé mi paseo y mucha gente estaba llegando a depositar un poco de flores en las tumbas de sus conocidos, historias que ciertamente cada una guarda sobre quien están depositando una pequeña flor, un juguete o hasta fotografías y otros objetos del difunto. 

Sin duda, la mayoría de las tumbas estaban solitarias y sin decoración alguna, de hecho, la mayoría van a depositarse ahí para casi nunca más ser de nuevo visitados. 

Una señora atrajo mi atención, iba yo armado con mi cámara y entonces tomé la fotografía que les adjunto en el encabezado de este post. Ella se dio cuenta de que tomé un par de fotografías y me hizo señas de que me acercara, no presentí nada malo y entonces me acerqué a ella, mientras continuaba decorando una tumba. Me miró, sonrió, y me saludó con un "buen día, joven" a lo cual contesté con el mismo mensaje y sonreí. 

No suelo ser muy sociable, y mucho menos con gente extraña o ajena a mi ambiente cotidiano, sin embargo, me prometí y prometí a alguien más que trabajaría con eso, así que le hice una pregunta a la señora: 

- ¿gusta que le ayude con acomodar esas flores?
- Claro, muy amable, ¿usted no es de aquí, cierto? contestó ella y preguntó lo que es muy común que los extraños le pregunten a un extranjero. 
- No, me imagino por mi acento, soy de México. - Le contesté mientras acomodaba mi cámara en el bolso, y comenzaba a acomodar un grupo muy grande de flores.

Así, comenzó una plática de una hora y me contaba que esa tumba es de su hijo y de su esposo, quienes murieron en un accidente, la historia de ellos que llegaron a Santiago, pues eran del sur y me contó también que tiene un negocio en Concepción, una ciudad al sur de Chile. Fue una grata pero melancólica plática, pues eso había sucedido hace 5 años, me dijo que un día me recibiría en su casa y en su negocio familiar al sur de la ciudad, espero cumplir esa promesa en un corto plazo de tiempo. Tuve que despedirme de ella, pues yo moría de hambre y estaba por comenzar el evento de los mexicanos en el cementerio sobre el día de muertos, así que me despedí y le pedí permiso para publicar la foto, ya que me di cuenta que era algo sensible el tema del porqué ella estaba ahí, a lo cual ella accedió con mucho gusto, concluí dándole la mano y preguntándole cuál era su nombre, ella me contestó "María".


lunes, 31 de octubre de 2016

Día de Muertos, Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad


"Hombre que vas en pos de la quimera fallida, aquí termina la vida y comienza la eternidad", palabras frías, tristes pero esperanzadoras para los que comienzan un nuevo camino de transformación al dejar su energía vital del cuerpo físico que la naturaleza nos dio por un breve (pero muy breve) momento del tiempo universal. Con este epitafio comienzo este artículo relacionado al culto o veneración, celebración y recordatorio del camino final físico que llevaremos todos. 

En distintas culturas, civilizaciones, imperios; todos con sus respectivas religiones, algunas vivas, algunas ya muertas, pero finalmente puedo decir que todas tuvieron como la muerte un punto de inflexión muy importante para trascender a una nueva etapa de su creencia y lograr llegar a nuevos mundos o niveles que en este mundo desconocemos. 

Así es como en mi país, México, nuestras raíces prehispánicas y mezcla de los memoriales a todos los santos en este día, 1° de noviembre, formaron un pintoresco símbolo de celebración y es al que llamamos en español Día de Muertos. 

Somos identificados por la concepción que tenemos sobre la muerte y todas las tradiciones que están en torno a ella. Para nuestras raíces de mesoamérica, la muerte no era con el sentido de un siguiente paso al infierno o al cielo, si no las almas estaban destinadas a un siguiente nivel dependiendo el tipo de muerte que se haya tenido. Un guerrero no podía llegar al mismo nivel que un aldeano, así un sacrificado por su dios, no tendría el mismo destino que un guerrero. Y un guerrero que muera en batalla tendría mejor destino que un guerrero cobarde.

Al llegar el conquistador, en México sucedió que con el mestizaje se mezclaron distintas tradiciones prehispánicas con las cristianas, así, el día Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos formó un nuevo sincretismo mezclado con el prehispánico, donde se realizarían muchas cosas tradicionales de los nativos indígenas con la concepción cristiana. Los muertos ya no tendrían que cruzar un río del Xibalbá, o del Mictlán acompañados con un perro Xoloitzcuintle, ahora sus almas tenían un pequeño permiso del cielo para descender y convivir un día con su familia que les recordaba año con año con el altar prehispánico, con los alimentos que en vida degustaban y para los niños y recién nacidos, juguetes y dulces típicos. 

Así es como se forma el Día de Muertos que celebramos año con año, yendo más allá de lo religioso, es una tradición que ya no va ligada a una fe, pero sirve para bien el recordar y conmemorar a los que ya trascendieron, y por qué no, tal vez es cierto que su energía está un día con nosotros. 

Es por eso que cada año, en cada ciudad o pueblo de México se celebra con distintas intensidades esta celebración. Pero en general, se realiza limpieza de tumbas o criptas, colocan grandes arreglos florales, y en mayor ocasiones se hace una fiesta alrededor de las tumbas, acompañadas de mariachis, grupos musicales o sonido de un sistema de audio con la música favorita del ser conmemorado. Así, en su casa en vida le estará esperando un altar con sus alimentos y cosas que en vida utilizó para que se sienta recibido. Como dato extra, algunos pueblos exhuman los restos, los limpian y exhiben por el día celebrado junto con su altar, para tiempo después, volverlos a cubrir en su respectiva cripta. 

El altar puede venir acompañado también de flores, velas, imágenes religiosas, frutos, platillos, fotografía de los conmemorados, adornos de colores, o hasta ropa conservada. 

En fin, es un día de fiesta tan importante como las mismas pascuas. Y como me dijo un chileno una vez cuando me preguntó por este día:

“El mexicano está familiarizado con la muerte, se ríe de ella, la acaricia, duerme con ella, la festeja"

 Y sí, con orgullo me atrevo a decir que nos reímos de ella, aprendemos a vivir con ella, la celebramos porque al final, es un personaje que no podremos evitar y que tarde o temprano llegaremos a ella, y qué mejor que bien celebrados, comidos y bailados, ¿ O no? jajaja

Y la Katrina, bueno, eso es un punto que no tocaré y cada quien tiene su concepto de ella. Simplemente diré que no tiene realmente nada que ver con nuestra celebración original.

Dejo un video musical para agregar sabor del contexto al artículo jaja