Mostrando entradas con la etiqueta mundo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mundo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de febrero de 2020

Un mundo olvidado...



- ¡Atención! he visto algo caer desde el cielo, ¡debemos ir a toda prisa!. -Dijo el hombre de armadura negra mientras enfundaba su espada-
- Tengamos mucho cuidado, hermano. No sabemos qué es lo que acabamos de ver y ¿qué tal si es un monstruo? ¡o peor aun, el mundo comienza a llegar a su fin! - exclamó muy asustado el hombre de armadura blanca -

Así, tomando sus cosas que dejaron en el suelo para descansar después de caminar un largo peregrinaje rumbo a su tierra natal, los hermanos emprendieron con temor pero con mucha curiosidad, un andar a paso rápido hacia donde vieron aquel misterioso objeto caer. Sucedió tan rápido que no pudieron determinar qué forma tenía o qué era aquello que estaba a punto de cambiar sus vidas... No era cualquier cosa lo que había caído...

- Bliss, hermano... tengo miedo de ir hacia esa cosa. ¡¿y si es un monstruo y nos come?! -grito y exclamó-

-¡ya tranquilízate Grown! Recuerda que de todas formas nuestro pueblo está a rumbo de ahí y sea lo que sea, si es un peligro para nuestra gente, lo enfrentaremos. y sí no es así, debemos investigar qué demonios ha caído de allá arriba - Dijo Bliss, mientras desenfunda su espada y con ímpetu con ella apunta al cielo - 

- Pero hermano, solo espero que madre y todos los demás estén bien, estoy preocupado.

- Yo también Grown, yo también...

Los hermanos entonces continuaron caminando a paso rápido, el sol abrasador no les permitía ir tan a prisa, además que los metales de sus estropeadas armaduras les pesaban cada vez más... llevaban un mes recorriendo de pueblo en pueblo buscando un gran tesoro, sin éxito alguno. Por lo cual, su deseo principal ahora era volver a su tierra natal y buscar consejo de un sabio que bien se conocía, podía ver el futuro y saber guiar a quien le preguntara cualquier inquietud.

Sin embargo, lo que acababan de ver cambiaría sus vidas para siempre...

- Hermano, ¡ya logro ver algo! se nota algo brillante desde acá, ¿lo ves?

- Así es Grown, es momento de tener cuidado y acercarnos poco a poco, no sabemos que es eso que aún no distinguimos bien, pero pareciera tener un inmenso tamaño... sigamos adelante.  - Dijo Bliss mientras comenzaba a sostener el mango de su espada enfundada -

En ese momento otro objeto apareció en el cielo, pero a diferencia del anterior que se estrelló, este se veía claro y gigante, como el tamaño de un castillo de algún señor feudal, con destellos de muchos colores que le rodeaban, parecía hecho del mismo metal de las armaduras de los caballeros que estaban en ese momento sorprendidos mirando hacia arriba sin decir una sola palabra, y en un instante el objeto que flotaba sobre ellos pareciera que fuera golpeado por un rayo de luz como la del mismo sol, le siguió un sonido cual trueno emitido por los mismos dioses y comenzó a incendiarse... 

- ¡hermano! ¿qué demonios pasa aquí? - Gritó Gown asustado mientras observaba a su hermano aún atónito pero con la espada desenfundada -

- ¡Grown... esto no es bueno! huyamos de aquí, no te quedes ahí parado y asustado como todo un cobarde. - dijo Bliss mientras le da un empujón a su hermano para comenzar a correr lejos de tal escenario jamás visto por sus ojos, a pesar de ser hombres de guerra y mil batallas.

Entonces aquel objeto que iniciaba a arder en llamas comenzó a moverse con desplazamientos torpes y con gran velocidad se fue rumbo a sentido contrario de donde los dos hombres venían y por el horizonte desapareció; le siguió un destello y un estruendo que parecía había caído a varios kilómetros de ahí... solo vieron un cúmulo lejano de humo elevarse al cielo.

- ¡Grown, debemos alejarnos de ésto e ir a toda prisa a casa! no me gusta nada de lo que está pasando. -habló a su hermano mientras lo vuelve a empujar para moverse en dirección a donde el primer objeto cayó.

- Si hermano, como digas. Estoy nervioso y tengo miedo... - dijo Grown mientras acomodaba su escudo a su brazo izquierdo -

En su caminar hacia el primer objeto al que ya notaban algo redondo y brillante que reflejaba la luz del sol, fueron encontrando pequeños fragmentos metálicos en el suelo, cual basura metálica. Parecían fragmentos de armaduras, sin embargo, éstos fragmentos eran gruesos y pesados. 

- Hermano, ¿ya viste? este metal es muy pesado y pareciera que el fuego lo cubrió. - dijo Grown mientras se agachaba para intentar tomar un pedazo del metal encontrado en el piso -

- No toques nada Grown, no sabemos qué demonios es todo esto y es mejor evitar tocar algo que no conocemos, sigamos, ya veo más claramente lo que hay enfrente...

Después de varios minutos de caminar y subir un pequeño cerro para poder apreciar claramente a lo que se enfrentaban, ambos hermanos quedaros perplejos de lo que estaban viendo. Tallaron sus ojos con sus sucias manos pensando que estaban soñando o alucinando por el calor.

- Bliss, ¡es gigante! ¡es un monstruo y no parece un dragón! - dijo Grown a gritos - ¿lo ves al igual que yo?

- Atrás Grown, no se mueve pero pareciera que está muerto, no tiene rostro. Prepara tu espada y acerquémonos, nuestro pueblo está atrás de él y si es necesario, lo enfrentaremos.

Los hermanos entonces comenzaron a caminar lentamente ante esto que seguían sin poder creer... ¿algo gigante?, ¿un monstruo o un Dios?, Rondaban por su cabeza mil ideas y de repente la forma misteriosa exclamó sonidos similar a una respiración.

- ¿qué ha pasado y dónde estoy? - Dijo el gigante con voz agonizante mientras su cabeza se dirigía a observar los hermanos...

- Grown, detente... esto no es un Dios... es un... - Y una larga pausa de Bliss se quedó en su boca -



domingo, 31 de diciembre de 2017

Año nuevo, aventuras nuevas...



"Avanza por el mundo de tal forma que ni tu propia sombra pueda seguir tu paso..." dice un proverbio zen, mostrándonos que no debemos quedarnos atrás, si no avanzar sin permitir que el mundo ni el tiempo nos alcancen.

Se va otro año, y otro año que tengo la oportunidad de escribirles, hace un año escribí un post con título similar, sin embargo no esperaba las gratas sorpresas que realmente el 2017 me traería. 

Todos esperamos que el simple y sencillo cambio de número consecutivo del 2017 al 2018 nos traiga mágicamente sorpresas, personas, acciones, eventos u riquezas de todo tipo. Muchas erramos alguna vez en esperar todo eso de forma automática, sin embargo sabemos ahora que no es así y que por más números que avance el calendario, si no movemos un dedo nosotros, las cosas nunca llegarán a nuestras manos.

Es por eso que les agradezco, a cada uno de ustedes, que me leen, me hablan, me escriben, o que simplemente dan un vistazo a esto, el hecho de haber compartido un breve momento con un servidor. Se que todos tenemos objetivos, metas, misiones o tal vez, aun no piensas en nada para el futuro cercano o lejano, de igual forma les deseo sus objetivos se cumplan, les traiga buenas sorpresas el tiempo y que no se rindan ante lo que estén haciendo en este momento y que continuará realizándose el siguiente año. 

En lo personal, no me quejo del 2017, fue un año para comprender más que es lo que tengo, lo que soy, que las emociones humanas son factibles en casi todos y que aunque sea tarde, las he ido aprendiendo mucho mejor. Agradezco también a mis maestros que he tenido este año, que me han enseñado un poco más del lado humano, aquellos que conmigo han caminado una o mil calles hasta el otro lado del planeta, aquellos que se dieron un segundo de escucharme (aunque a veces parezca loco todo lo que digo), o aquellos que gustaron compartir una taza de café en una hora libre que tenían de su tiempo. 

El 2018 será un año de muchas cosas nuevas, de cambios y trámites además por hacer, un giro a mi vida me espera pues será momento de tomar un riesgo, pero creo no tener nada que perder... espero me acompañen ante tal aventura y que seguro les estaré comunicando. La gran comilona navideña ha terminado, he de regresar a Chile para continuar con todo lo pendiente, mi vida por ahora seguirá siendo aquí, y lo digo, por ahora... espero un día verles aquí, recuerden que tienen su casa y si este 2018 andan de paso por Chile, no olviden pasarme a saludar, yo con gusto los recibiré.

Y recuerden, "Muévete, y el camino encontrarás..."

PD. Foto tomada el año nuevo del 2015...

jueves, 2 de noviembre de 2017

Doña María




Y no, no me refiero al  mole Doña María... 

Es un día donde en la oficina hemos descansado, y la mayoría de negocios locales también lo han hecho. Es el día 1° de Noviembre, día de Todos los Santos para las iglesia católica de rito romano, un día que en mi país de origen, México, se celebra de forma más profunda y que ya declaré un post hace un año de forma detallada, sin embargo, hoy les contaré ahora como se hace conmemora en algún otro país y en éste caso, es en Chile, en donde vivo como ya saben ustedes.

Decidí dejar la motocicleta el día de hoy y andar a pie, estirar los pies y pues contemplar un poco del ambiente urbano de una ciudad capital más. Pero, mi objetivo en principio era solo caminar y ver que encontraba para comer, sin embargo, recordé que la comunidad mexicana realiza un evento de día de muertos en el Cementerio General de Santiago, el panteón más grande de Chile y de la ciudad. 

Y sí, es muy grande y extenso, fundado en 1823 cuando recientemente era un país independiente de la corona española, comenzaron ahí a ser sepultados las personas, debido a que delante hay otro cementerio pero era exclusivo para gente de la religión católica. Así, comienza a llegar muertito tras muertito, algunos personajes importantes llegaron ahí para descansar sus restos mortales por toda la eternidad. 

Como todo cementerio, guarda una mezcla de opulencia y sencillez en otras partes, para los que quieren rodear sus mortales restos de lujos o aquellos que solo alcanzan depositar sus restos casi en la misma tierra, sin caja ni lápida. 

Es así, que declaro que me gusta pasear en los cementerios con estas mezclas, además de ser lugares muy tranquilos pero energéticamente hay de todo. 

Volviendo al relato, comencé mi paseo y mucha gente estaba llegando a depositar un poco de flores en las tumbas de sus conocidos, historias que ciertamente cada una guarda sobre quien están depositando una pequeña flor, un juguete o hasta fotografías y otros objetos del difunto. 

Sin duda, la mayoría de las tumbas estaban solitarias y sin decoración alguna, de hecho, la mayoría van a depositarse ahí para casi nunca más ser de nuevo visitados. 

Una señora atrajo mi atención, iba yo armado con mi cámara y entonces tomé la fotografía que les adjunto en el encabezado de este post. Ella se dio cuenta de que tomé un par de fotografías y me hizo señas de que me acercara, no presentí nada malo y entonces me acerqué a ella, mientras continuaba decorando una tumba. Me miró, sonrió, y me saludó con un "buen día, joven" a lo cual contesté con el mismo mensaje y sonreí. 

No suelo ser muy sociable, y mucho menos con gente extraña o ajena a mi ambiente cotidiano, sin embargo, me prometí y prometí a alguien más que trabajaría con eso, así que le hice una pregunta a la señora: 

- ¿gusta que le ayude con acomodar esas flores?
- Claro, muy amable, ¿usted no es de aquí, cierto? contestó ella y preguntó lo que es muy común que los extraños le pregunten a un extranjero. 
- No, me imagino por mi acento, soy de México. - Le contesté mientras acomodaba mi cámara en el bolso, y comenzaba a acomodar un grupo muy grande de flores.

Así, comenzó una plática de una hora y me contaba que esa tumba es de su hijo y de su esposo, quienes murieron en un accidente, la historia de ellos que llegaron a Santiago, pues eran del sur y me contó también que tiene un negocio en Concepción, una ciudad al sur de Chile. Fue una grata pero melancólica plática, pues eso había sucedido hace 5 años, me dijo que un día me recibiría en su casa y en su negocio familiar al sur de la ciudad, espero cumplir esa promesa en un corto plazo de tiempo. Tuve que despedirme de ella, pues yo moría de hambre y estaba por comenzar el evento de los mexicanos en el cementerio sobre el día de muertos, así que me despedí y le pedí permiso para publicar la foto, ya que me di cuenta que era algo sensible el tema del porqué ella estaba ahí, a lo cual ella accedió con mucho gusto, concluí dándole la mano y preguntándole cuál era su nombre, ella me contestó "María".


martes, 4 de abril de 2017

CUENTO ZEN: El Monje Escoba



Éste era un joven muy simple y pobre, no tenía nada para comer ni tampoco sabía leer o escribir, mucho menos tenía un nombre como tal.

Vivía vagando y pidiendo limosnas, pero un día en sus caminos de vagancia, percibió un aroma que inmediatamente abrió su apetito, dónde emanaba este delicioso aroma. Así, en su forma y tono desesperado de tocar la puerta, un monje budista abrió la puerta con recelo y le observó:

-¿en qué le puedo ayudar, hermano? -dijo el monje

-Señor, no tengo hogar ni moneda alguna, ni mucho menos he probado alimento alguno en dos días, ayúdeme por favor.

El monje se quedó pensando un momento y le dijo: -Está bien,pasa hermano, en un momento te traigo un poco de pan y frutos frescos del huerto. Así, el monje volvió con el pan recién horneado que emanaba tal aroma y frutos. El humilde hombre dijo:

-Gracias, buen hombre. Es usted un santo, me gustaría quedarme a ayudarles y así tener un pedazo de pan diario. Haré lo que sea, lo suplico.

El Monje lo pensó, fue a hablar con el maestro y regresó con el maestro a presentarle el hombre humilde. El maestro lo observó y dijo:

-Veo que eres un hombre humilde pero de buen corazón, te acepto en mi monasterio, pero deberás trabajar todos los días en lo que yo te diga

-Sí, maestro. ¿le puedo llamar así? Prometo hacer lo que usted me diga, a cambio de un pedazo de pan, agua y un rincón con paja

Así, el maestro se fue a una habitación y sacó de ella una escoba. Se la extendió al humilde hombre y él la tomó.

-Te encargo que barras el monasterio y sus patios, todos los días, que siempre quede limpio de polvo pues los vientos lo ensucian seguido.

-Así será, maestro. El hombre entonces comenzó a barrer inmediatamente con la energía de joven que tenía. 

Así pasaron las semanas, los meses y años, el joven simple se afanó en barrer con esmero el monasterio durante todos los días de su vida. Si llovía, nevaba, con calor y viento, en enfermedad o cansado, el joven simple no dejó nunca de barrer con su escoba y esmero el monasterio. Nunca antes estuvo tan limpio el monasterio. 

Un día, el maestro percibió en "el monje de la escoba" como si algo emanara de él. Vio algo en lo que antes no había reparado, acostumbrado como estaba de verlo diario por años,casi formando parte del paisaje del monasterio,  se acercó a él, lo invitó a dejar la escoba un momento y le propuso algunas preguntas de contenido espiritual.

Minutos después, el maestro unió las manos sobre su pecho y se inclinó ante el humilde monje, con una profunda reverencia dijo:

-He descubierto a un iluminado.

El maestro, asombrado le preguntó al monje humilde: 
-¿Cómo lograste este estado? Tu no has recibido la enseñanza de maestros, ni has leído las escrituras antiguas. Tampoco has meditado por largas horas junto a los demás monjes, solamente te has dedicado a barrer el monasterio todos los días, mañana y tarde. El monje escoba entonces contestó:

- Dices bien, querido maestro. Pero mi mejor maestro ha sido la escoba que me diste tu hace muchos años, que me mostró el valor del silencio, de la unidad y del servicio. Mis escrituras han sido el polvo seco del verano, las hojas de otoño, las lluvias de primavera y la nieve del invierno. Y mi meditación ha estado siempre presente en la intención de barrer lo mejor que he sabido y he podido para comer.

Así, con estas palabras, el maestro se retiró en silencio, y el monje humilde continuó barriendo con su escoba. 

domingo, 4 de diciembre de 2016

Aprender a mirar...




“La vida está llena de detalles y pequeñas cosas. Sólo hace falta aprender a mirar” 

El mundo es una enorme colección de cosas a ser admiradas y observadas, la cotidianidad nos hace ir ignorándolas y sin darnos cuenta, avanzamos ciegos sin fijarnos en los cambios nuevos que éste tiene.

Es justo que nos regalemos un breve tiempo para respirar profundamente y apreciar lo que tienes en tu entorno, inclusive viviendo en una ciudad con su caos y problemas sociales, no todo puede ser malo en todo rincón.

El mundo segundo a segundo está en cambios constantes desde su formación, así que no hay razones para ignorar lo que a gritos nos pide de ser admirado y contemplado. Probablemente tu día mejore cuando aprendas a mirar con distintos ojos tu entorno, tu vecindario, tu casa, tu gente, tu oficina, tu país. 

Los ojos son la herramienta perfecta que la naturaleza nos ha dado para poder contemplar lo que ella misma ha creado y podamos preservarla y proteger. 

martes, 25 de octubre de 2016

CUENTO ZEN: El regalo


Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que ahora se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero, conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para captar los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Conociendo la reputación del samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar así su fama. Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.

Fueron todos hasta la plaza de la ciudad, y el joven comenzó a insultar al viejo maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió a la cara, gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus antepasados.. Durante horas hizo todo lo posible para provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

– ¿Cómo ha podido usted soportar tanta indignidad? ¿ Por qué no usó su espada, aún sabiendo que podía perder la lucha, en vez de mostrarse cobarde ante todos nosotros?

– Si alguien se acerca a tí­ con un regalo, y tú no lo aceptas, ¿a quien pertenece el regalo? preguntó el samurai.
– A quien intentó entregarlo – respondió uno de los discípulos.
– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos – dijo el maestro. 
– Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

jueves, 25 de agosto de 2016

Cambiar al Mundo


Una vez, en algún lejano tiempo a este día en el que estoy escribiendo esto, caminaba por el bosque de Iguala conociendo un terreno nuevo, una pista en el cual iba una semana después a recorrerlo con mi adorada Valkyria (una bicicleta de montaña) en la que sería mi última competencia de nivel internacional de ciclismo de montaña, y del que no me fue muy bien que digamos...

"Tantos arboles", me dije, tanta naturaleza que nos rodea y de la que pasamos desapercibidos la mayor parte del tiempo. Cada día que respiramos, es gracias a esos mudos pero titánicos testigos de nuestro día tras día, de nuestras sonrisas, de las preocupaciones, de los recuerdos de una tarde de amigos o de algún percance sufrido. 

Al volver al hotel en el que me hospedaba, al centro de Iguala, que colindaba con una heladería de nombre muy famoso; La Michoacana, tuve que desalojar unas pequeñas piedras que conmigo llevaba en el tenis (zapatilla) y que me estaban lastimando y luego entonces me pregunté: ¿cuánto tiempo debió pasar ese pequeño fragmento de piedra para terminar dentro de mi calzado? supongo millones de años y proveniente tal vez de una gran peña que se alza en la punta de una de las miles de montañas de la Sierra Madre Occidental.

Se dice que cada cosa que hacemos, cada movimiento de nuestro cuerpo y cada paso que un ser vivo produce en este mundo, lo estamos cambiando. Cada piedra que llevamos, cada árbol que plantamos o derribamos, cada paso que mis pies en la húmeda tierra del bosque de Iguala daban, cooperamos para transformar el mundo. Sin embargo, creo que se necesitan millones de pasos para cambiarlo y  que sea evidente, o vivimos con ese deseo de cambiarlo y solamente damos pequeños pasos en la tierra húmeda y entonces nos conformamos con llevar pequeñas piedras, teniendo la esperanza de un día llevar suficientes piedras pequeñas para volver notorio algún cambio... 

Es posible que la vida no nos sea suficiente y pasemos repitiendo éste mismo patrón incesantemente,  o probablemente tengamos que cambiar la ruta y obtener piedras más grandes, cruzar ríos en vez de tierra húmeda y trepar un árbol para obtener uno de sus frutos en lugar de derribarlo... No sé, quiero pensar que un día de estos, por mera causalidad y no casualidad, uno de mis pequeños pasos se tope con la piedra más grande que haya que mover...