jueves, 23 de febrero de 2017

Cuento Zen: EL BAMBÚ




En el Japón feudal, dos agricultores iban en camino por un mercado y para cuando llegaron a un puesto de un vendedor de semillas, éstos se sorprendieron de ver unas semillas muy extrañas y que jamás habían visto.
- Mercader, ¿qué son estas extrañas semillas? - preguntó uno de los agricultores.

- Son semillas de bambú, una planta de la China oriental y son semillas muy especiales - contestó el mercader.

- ¿y por qué son tan especiales? - le espetó el otro agricultor que escéptico se mostraba ante tal adjetivo.

- Si se las llevan y las plantan, sabrán porqué lo son. Solo necesitan agua y abono suficiente.

Así, los agricultores con curiosidad, compraron varias semillas de esa planta extraña llamada Bambú.
Al volver a sus tierras. los agricultores plantaron las semillas y comenzaron a regarlas y abonarlas, justo como se los indicó el mercader.

Pasó el tiempo, y las plantas no germinaban, mientras el resto de los cultivos crecían, eran cosechados y volvían a ser plantados.

Uno de los agricultores, el escéptico le dijo al otro: 

-Ese viejo mercader nos engañó con éstas semillas, jamás saldrá nada de ellas.

Así, éste dejó de regarlas y abonarlas cuando fue necesario. El otro agricultor decidió seguirlas cultivando, día a día las regaba y abonaba.

Seguía el tiempo avanzando y las semillas continuaban sin germinar. Un día el agricultor estaba cerca de dejar de cultivarlas, se sorprendió al encontrar en su último intento de cultivarlas que una planta d bambú creció y en 6 semanas crecieron 30 metros cada semilla. 

¿Cómo era posible que el bambú hubiese demorado 7 años en germinar y solo en seis semanas llegar a tal inconmensurable tamaño?

Así, el agricultor sorprendido fue a avisarle al mercader de tal noticia, preguntarle la causa:

- Mercader, ¿por qué demoraron demasiado las semillas en germinar y cuando menos lo esperé, crecieron de gran tamaño? - preguntó

- Sencillo, durante esos años de aparente inactividad, el bambú estaba generando un avanzado conjunto de raíces que le permitirían sostener ese gran tamaño en su futuro como planta.

Así que mis estimados seguidores, si no consigues lo que quieres, no desesperes... Quizás sólo estés echando raíces.

martes, 21 de febrero de 2017

El Viaje






Dice un proverbio, "La vida es un viaje, no un destino"


Quiero creer que nuestra vida solo es una breve parada en un gran viaje dentro de un camino que nos llevará a trascender a otra forma u otra nueva vida siguiente, donde las lecciones de pasadas experiencias las aplicaremos en la siguiente breve parada hasta llegar al destino que aun es muy incierto para todos, si no un tanto egocéntrico como especie humanos que somos.


Hemos de pensar que nuestra condición como seres humanos en esta especie de camino a trascender, va más allá de obtener un grado en forma de papel en el trabajo o la sección donde te desarrolles. Actualmente la sociedad nos ve a todos como herramientas especializadas, donde es casi mandatario ser eficiente y productivo, y sí no, no vales para nada seguir consumiendo oxígeno de éste mundo superfluo.


Nos dicen que seamos responsables, que seamos autosuficientes, que sigamos subiendo escalones hasta llegar a una cima y tengamos que agachar con cansancio la mirada a los que vienen abajo, pero que en mayoría de veces, se llega a esa cima con una jubilación digna pero que no va a justificar una desperdiciada juventud de viejos.


Quiero creer que es mejor buscar un camino largo pero lleno de experiencias, que un camino corto y sin saber como defenderte de aquellos que eligieron el camino largo.


Me recuerda a otro corto proverbio que dice "No es necesario ser grande para comenzar, sin embargo, es necesario comenzar para ser grande", pero ahí seguimos muchos de nosotros, siempre esperando a que todo sea perfecto para comenzar algo, pensando y creyendo que el tiempo nos esperará, dejando crecer ese egocentrismo centralista donde crees que todo se acomodará en automático a tu favor en algún momento y en ese momento darás inicio.


Pero creo que realmente nos cegamos a no saber cuándo es el momento ideal, porque se teme a lo que el camino te traerá en cada vuelta de esquina, se ignora lo que te depara la vida en cada paso que darás a este viaje, pero que desafortunadamente tampoco conocemos de cuanto tiempo disponemos realmente para seguir posponiendo lo que profundamente tanto soñamos.


Vive la vida en cada instante, así te darás cuenta que esta vida no es un destino, si no solo una breve parada para tomar un respiro, y continuar caminando, y que en ello seguramente encontrarás gente que impulse a éste viaje y que por momentos caminarán contigo a tu lado.