"Hombre que vas en pos de la quimera fallida, aquí termina la vida y comienza la eternidad", palabras frías, tristes pero esperanzadoras para los que comienzan un nuevo camino de transformación al dejar su energía vital del cuerpo físico que la naturaleza nos dio por un breve (pero muy breve) momento del tiempo universal. Con este epitafio comienzo este artículo relacionado al culto o veneración, celebración y recordatorio del camino final físico que llevaremos todos.
En distintas culturas, civilizaciones, imperios; todos con sus respectivas religiones, algunas vivas, algunas ya muertas, pero finalmente puedo decir que todas tuvieron como la muerte un punto de inflexión muy importante para trascender a una nueva etapa de su creencia y lograr llegar a nuevos mundos o niveles que en este mundo desconocemos.
Así es como en mi país, México, nuestras raíces prehispánicas y mezcla de los memoriales a todos los santos en este día, 1° de noviembre, formaron un pintoresco símbolo de celebración y es al que llamamos en español Día de Muertos.
Somos identificados por la concepción que tenemos sobre la muerte y todas las tradiciones que están en torno a ella. Para nuestras raíces de mesoamérica, la muerte no era con el sentido de un siguiente paso al infierno o al cielo, si no las almas estaban destinadas a un siguiente nivel dependiendo el tipo de muerte que se haya tenido. Un guerrero no podía llegar al mismo nivel que un aldeano, así un sacrificado por su dios, no tendría el mismo destino que un guerrero. Y un guerrero que muera en batalla tendría mejor destino que un guerrero cobarde.
Al llegar el conquistador, en México sucedió que con el mestizaje se mezclaron distintas tradiciones prehispánicas con las cristianas, así, el día Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos formó un nuevo sincretismo mezclado con el prehispánico, donde se realizarían muchas cosas tradicionales de los nativos indígenas con la concepción cristiana. Los muertos ya no tendrían que cruzar un río del Xibalbá, o del Mictlán acompañados con un perro Xoloitzcuintle, ahora sus almas tenían un pequeño permiso del cielo para descender y convivir un día con su familia que les recordaba año con año con el altar prehispánico, con los alimentos que en vida degustaban y para los niños y recién nacidos, juguetes y dulces típicos.
Así es como se forma el Día de Muertos que celebramos año con año, yendo más allá de lo religioso, es una tradición que ya no va ligada a una fe, pero sirve para bien el recordar y conmemorar a los que ya trascendieron, y por qué no, tal vez es cierto que su energía está un día con nosotros.
Es por eso que cada año, en cada ciudad o pueblo de México se celebra con distintas intensidades esta celebración. Pero en general, se realiza limpieza de tumbas o criptas, colocan grandes arreglos florales, y en mayor ocasiones se hace una fiesta alrededor de las tumbas, acompañadas de mariachis, grupos musicales o sonido de un sistema de audio con la música favorita del ser conmemorado. Así, en su casa en vida le estará esperando un altar con sus alimentos y cosas que en vida utilizó para que se sienta recibido. Como dato extra, algunos pueblos exhuman los restos, los limpian y exhiben por el día celebrado junto con su altar, para tiempo después, volverlos a cubrir en su respectiva cripta.
El altar puede venir acompañado también de flores, velas, imágenes religiosas, frutos, platillos, fotografía de los conmemorados, adornos de colores, o hasta ropa conservada.
En fin, es un día de fiesta tan importante como las mismas pascuas. Y como me dijo un chileno una vez cuando me preguntó por este día:
“El mexicano está familiarizado con la muerte, se ríe de ella, la acaricia, duerme con ella, la festeja"
Y sí, con orgullo me atrevo a decir que nos reímos de ella, aprendemos a vivir con ella, la celebramos porque al final, es un personaje que no podremos evitar y que tarde o temprano llegaremos a ella, y qué mejor que bien celebrados, comidos y bailados, ¿ O no? jajaja
Y la Katrina, bueno, eso es un punto que no tocaré y cada quien tiene su concepto de ella. Simplemente diré que no tiene realmente nada que ver con nuestra celebración original.
Dejo un video musical para agregar sabor del contexto al artículo jaja